Un poema medicinal

(no te des por vencida ni aún vencida
Almafuerte

Un rato antes de cuando me pongan,
relucientes y redondas,
dos monedas de oro en los ojos
para pagarle al  barquero
el paseo por el rio del que no se vuelve,
y Caronte me tire, bien pagado,
en la otra orilla,
puedo barajar y dar de nuevo.


Puedo, porque tengo
 tiempo y empeño,
porque tal vez, siempre,
cada vez
valga la pena
¡que nadie que me arrebate
y el poder que me compete!

Me lo gané
por el hecho de estar viva,
lo sostengo
parada
todo verdor
robusta, eléctrica, entera, alivianada
 como en el logo de la RKO



con rayos que me salen de la cabeza
El poder de ser
sosteniendo erguida, tanta agua circulando
y en el agua tanta sangre
y todo recorriéndome, humores, sudores.
linfa, hemolinfa…

Qué  sirvan para algo estas hormonas,
 los jugos aceitosos de mi cuerpo,
este olor a herrumbre en mi sangre.
que sirva el esqueleto adocenado
 para mantenerme
cuasi entera
parada sobre la tierra
imponente
esperando barajar y dar de nuevo
Que esto recién empieza
que labore el cuerpo mío
cada día un poco,
verme siendo
ama del universo de mi pequeña vida,
metiéndole pata
para hacer domestica obra de arte
con lo que me fue dado
en el reparto de dones.
Este alma
este aciago corazón
y dos ojos
todavía no bloqueados por el oro
 van arrasando el lugar
buscando acá afuera
señales, hermosuras, consuelos


Antes que las monedas duerman
en el  final agujero de agua de mis ojos
yo insisto
te barajo,  y doy de nuevo.

Comentarios

Entradas populares