mendigo al amanecer.


Mendigo al  amanecer

No son las seis de la mañana
y en el andén hay un mendigo,
acomodado sobre el colchón de cartones,
tapado con fino polar
que le dieron los del ministerio.

A los vagabundos les gustan las estaciones de tren

El que yo veo está loco;
se pasa las noches enteras
tirando piedras a la luna
y gritando quedo
¡eh, luna puta, dame lo mío!
mientras chupa vino del tetrabrick.


Ahora duerme y sueña
una luna justiciera.

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